viernes, 22 de junio de 2012

Los soprano. Odas...


Tony se queda en casa

tiene miedo
del fracaso, de los negocios sucios heredados
hasta de las putas, el bar de stripsteas y la poli

Tony está mejor
orgulloso de su estatus, de su amante joven,
de su dinero, su hogar y su señora
hasta del tío que sabe que intentó martarlo

Tony está aterrado
por el pasado que le acecha,
el futuro porque viene

 el presente que no es tiempo,
hasta de la muerte que practica a diario

Tony arde, Tony llora,
a Tony le falta el aire
Tony ríe a carcajadas
Tony tiene una bala alojada en el hombro

Cuando abraza sella un compromiso
Es el jefe, todos lo temen 
también le quieren y traicionan

El destino de Tony estaba escrito
desde el día que entró en aquella partida,
les apuntó con el revólver y se llevó la pasta

En el infierno hay unas normas
No se aceptan impostures
Cumples, obedeces, trapicheas y gozas
Nadie sale vivo del vertedero.



sábado, 16 de junio de 2012

Sonidos de Rayuela. Capítulos 77, 131, 58, 131, ad infinitum.

Eduardo Falú y Mercedes Sosa. Tonada del viejo amor

Qué te parece si ingresamos en la congregación nacional de los monjes de la oración del santiguamiento.

-Si querés dormir entorno la persiana –dijo Gekrepten-, así no se oye la radio de Don Crespo.

-No, déjala –dijo Oliveira-. Están pasando algo de Falú.



Astor Piazzolla. Adiós Nonino.

Muera el perro- dijo el 18.




Julio Cortázar. Sobre Rayuela.

jueves, 14 de junio de 2012

Into the abyss. WERNER HERZOG, 2011 (I)


La deshumanización se representa en la pérdida de personalidad y en el despojado de autonomía e individualidad; los presos rechazados por sus familias y abandonados por la sociedad, ejecutados por sus crímenes penales, permanecen anónimos en el cementerio estatal. Los asesinos permanecerán “su eternidad” siendo dígitos, privados de nombre sobre las cruces que los evangelizan en la hora de su muerte, apestados hasta la animalización, despojados de individualidad, fuera de una humanidad que los considerara seres anominales, en un cementerio estatal higiénico más parecido conceptualmente a una fosa común. Ahí reposan, de espaldas a la sociedad, deyectados por quienes fijaron las normas de convivencia y las leyes que los aniquilaron, los ejecutados por el Estado norteamericano.

Las imágenes con las que abre su documental Werner Herzog recuerdan a aquellas otras que sus compatriotas y compañeros generacionales realizaron en 1978 sobre la convulsión ética y política causada por el terrorismo de Estado que a finales de los 70 el gobierno de la República Federal Alemana ejecutó contra los miembros del grupo terrorista RAF. “Nadie quiere enterrarse junto a los terroristas”, se comenta a lo largo de Otoño en Alemania; “Nadie quiere sepultar a un terrorista”.


Herzog comienza su corrosivo Into the Abyss mostrando el servilismo conformista del párroco encargado de conversar y ofrecer la extrema unción a los presos que abandonan el pasillo de la muerte para recibir la inyección letal. Discurso de un cristianismo atávico y repugnante, el que le ofrece el cura a Herzog, incapaz de alterar lo érroneo de los sistemas humanos y proyectándolo a lo divino como causa justa de las leyes de Dios. “¿Por qué Dios permite la pena capital?” Le pregunta el director, “No sé la respuesta”, responde humillado el párroco.

Si bien, de las palabras del párroco subyacen reivindicaciones contra la pena de muerte, las mismas que le declara explícitamente al inicio del documental Herzog a Michel Perry, mientras éste espera en el corredor de la muerte. Queriendo ser Dios, yendo contra aquello que siendo humano se eleva a más altas instancias de fe, sabiendo que si pudiera revelarse, la decisión del párroco sería desmontar la falacia discursiva que lleva a un ser humano a ser ejecutado. Si él pudiera decidir, lo haría como aquella otra vez que pudo frenar su coche y salvar de ser atropellado por su carrito de golf a dos ardillas. Conformismo que proviene de su cargo y de su alza cuellos, inherente, consustancial; evidente e intencional carencia de una visión global suficiente como para defender y proteger al ser humano de sí mismo y de sus creaciones legales y de fe.


A lo largo del documental se intercalan imágenes reales grabadas por la Brigada de Policías encargados de investigar el homicidio múltiple. Las imágenes de la casa donde tuvo lugar el crimen recuerdan al Haneke de Funny games; lugar “idílico y seguro”, en el que aún permanecen intactos, ajenos a la muerte, los detalles cotidianos, en pleno funcionamiento, mostrando su apariencia de bienestar. La televisión continúa encendida, un libro de recetas reposa sobre la encimera de la cocina junto al bizcocho que pudo haberse cocinado en el horno. Un adosado en una zona residencial en Texas, a muchos kilómetros de San Diego, pero que no deja de ser la misma casa en la que un Sófocles postmoderno reaparece disfrazado de parricida mesiánico en My son, my son what have ye done.



lunes, 11 de junio de 2012

Escenas que nos hicieron llorar 1. Novecento, los fascistas queman la casa del pueblo...

La casa del pueblo acaba de ser quemada por los fascistas. Dentro jugaban a las cartas 5 ancianos comunistas, braceros del campo, que han muerto calcinados.

Amanece, nadie se atreve a asomar la cabeza, el cortejo fúnebre lo comanda Anita -Stefania Sandrelli-, grita, acompañada de Olmo -Gérard Depardieu- que la sigue a unos pasos mientras arrastra el carro con los cadáveres.


- ¡Despertad! –grita Olmo.

- Pietro Pecorari, de 78 años -responde Anita.

- ¡Despertad!

- ¡Aparcero!

- ¡Despertad!

- ¡Explotado por los patronos, asesinado por los fascistas!

- ¡Despertad!

- Decimo Bonazzi, de 74 años. Bracero desde los ocho años.¡Explotado por los patronos, asesinado por los fascistas! ¡Por los fascistas!

- ¡Despertad!

- Jofen Zuelli, de 72 años.

- ¡Despertad!

- Bracero desde los siete años.¡Explotado por los patronos, asesinado por los fascistas!

- ¡Despertad!

- ¡Abrid las ventanas! ¡Venid a ver!

- ¡Despertad!

- Venid a ver… Despertad.

- Mira… No hay nadie… Es inútil, todo es inútil; es el fin, es el fin.

- No, no; somos fuertes, somos muchos, estamos unidos…



domingo, 10 de junio de 2012

Sonidos de Rayuela. Capítulos 135, 63, 88 y 72

Lionel Hampton. Flyin’ home.

Mejor sería que dejaras tranquila la almohada y me cambiaras la cabeza –dijo Oliveira-.

-Agradecido –repitió Oliveira-. Mirá que agradecerle al que lo tiene enjaulado.

sábado, 9 de junio de 2012

Sonidos de Rayuela. Capítulo 139

Alban Berg. Piezas para clarinete y piano.

Las notas del piano (la, re, mi bemol, do, si, si bemol, mi, sol), las del violín (la, mi, si bemol, mi), las del corno (la, si bemol, la, si bemol, mi, sol), representan el equivalente musical de los nombres de ArnolD SCHoenberg, Anton WEBErn, y AlBAn BErG (según el sistema alemán por el cual H representa el si, B el si bemol y S (ES) el mi bemol). No hay ninguna novedad en esta especie de anagrama musical. Se recordará que Bach utilizó su propio nombre de manera similar y que el mismo procedimiento era propiedad común de los maestros polifonistas del siglo XVI (...) Otra analogía significativa con el futuro Concierto para violín consiste en la estricta simetría del conjunto. En el Concierto para violín el número clave es dos: dos movimientos separados, dividido cada uno de ellos en dos partes, además de la división violín orquesta en el conjunto instrumental. En el «Kammerkonzert» se destaca, en cambio, el número tres: la dedicatoria representa al Maestro y a sus dos discípulos; los instrumentos están agrupados en tres categorías: piano, violín y una combinación de instrumentos de viento; su arquitectura es una construcción en tres movimientos encadenados, cada uno de los cuales revela en mayor o menor medida una composición tripartita.

jueves, 7 de junio de 2012

Intertextos 2. Fellini corretea ante Ettore Scola en "Nos habíamos amado tanto"

La ambulancia acude a auxiliar a una anciana que acaba de romperse una pierna. Serpentea por el adoquín romano. Al pasar frente a la Fontana di Trevi descubre el paso cerrado. Se está rodando una película.

- Apaguen esa sirena, se está filmando-, les gritan. Sobre una pasarela colocada sobre el foso de la fuente la cámara realiza un travelling de prueba.

- ¿Y esa rubia medio desnuda quién es?- pregunta uno de los enfermeros.

- La doble de Anita Ekberg -le responden, -el director está a punto de finalizar.

- ¿Es de Sica?

- No, Fellini.

Mientras la ambulancia aguarda a que le abran paso, Antonio -Nino Manfredi- observa a lo lejos a Mastroiani hablando con Luciana -Stefania Sandrelli-, su gran amor. La ambulancia por fin logra avanzar; Antonio decide quedarse.

Fellini se acerca al grupo y Mastroiani le presenta a Luciana. Charlan sobre sus orígenes y acaba contratándola para la escena del night club. Alguien se acerca por la espalda y le habla a Fellini:

- Hay un coronel admirador suyo. Es del SIFAR, puede ayudarnos con los permisos.

Displicente, Federico Fellini se levanta de su silla y aprieta la mano del militar.

- Buenas noches, Coronel. Encantado.

- Me place estrechar la mano del ilustre Rossellini- proclama mecánicamente el Coronel. -Vi todas sus películas. Soy un gran admirador suyo...


Escena de "Cèravamo tanto amati", traducida como "Nos habíamos amado tanto" y "Tres hombres y una mujer", de Ettore Scola.






martes, 5 de junio de 2012

Sonidos de Rayuela. Capítulo 56

Astor Piazzolla. Otoño porteño.

De dónde le vendría la costumbre de andar siempre con piolines en los bolsillos, de juntar hilos de colores y meterlos entre las páginas de los libros, de fabricar toda clase de figuras con esas cosas y goma tragacantos.

Le gustaba que todo lo que hacía estuviera lo más lleno posible de espacio libre, y que el aire entrara y saliera, y sobre todo que saliera; cosas parecidas le ocurrían con los libros, las mujeres y las obligaciones…




Francisco Canaro. Yo no sé qué me han hecho tus ojos

Nada de todo eso podía pensarse, pero en cambio se dejaba sentir en términos de contracción de estómago, territorio, respiración profunda o espasmódica, sudor en la palma de las manos, encendimiento de un cigarrillo, tirón de las tripas, sed, gritos silenciosos que reventaban como masas negras en la garganta (siempre había alguna masa negra en ese juego), ganas de dormir, miedo de dormir, ansiedad, la imagen de una paloma que había sido blanca, trapos de colores en el fondo de lo que podía haber sido un pasaje, Sirio en lo alto de una carpa, y basta, che, basta por favor…


Julio de Caro. Mala pinta

Algo como la vigilia contra el sueño (las horas del sueño y la vigilia, había dicho alguien un día, no se habían fundido todavía en la unidad), pero decir vigilia contra sueño era admitir hasta el final que no existía esperanza alguna de unidad.


Juan Carlos Cobián. Nostalgias.

Oliveira sintió que el miedo empezaba a irse, y que eso era malo. No sacaba los ojos de la raya de luz, pero a cada respiración le entraba un contento por fin sin palabras, sin nada que ver con el territorio, y la alegría era precisamente eso, sentir cómo iba cediendo el territorio.


Richard Galliano. Spleen.

Como dos mellizos que juegan en un sube y baja, o simplemente como cualquiera delante del espejo. ¿No te llama la atención, doppelgänger?


Alfredo de Ángelis. Al mundo le falta un tornillo.

-Yo estoy vivo -dijo Traveler mirándolo en los ojos-. Estar vivo parece siempre el precio de algo. Y vos no querés pagar nada.


Leopoldo Federico y orquesta. Sueño de tango.

Pero no se podía hacer otra cosa que mirar a la Maga tan hermosa al borde de la rayuela, y desear que impulsara el tejo de una casilla a otra, de la tierra al Cielo.


Claudia Muzio. Si tu m'ami.

La Maga había levantado su brazo derecho para atraer la atención de Oliveira, como si eso fuera necesario, y le estaba pidiendo que llamara a Traveler a la ventana. Oliveira le explicó de la manera más clara que eso era imposible porque la zona de la ventana correspondía exclusivamente a su defensa, pero que tal vez se pudiera pactar una tregua. Agregó que el gesto de llamarlo levantando el brazo lo hacía pensar en actrices del pasado y sobre todo en cantantes de ópera como Emmy Destynn, Melba, Marjorie Lawrence, Muzio, Bori, y por qué no Theda Bara y Nita Naldi, le iba soltando nombres con enorme gusto y Talita bajaba el brazo y después lo volvía a subir suplicando, Eleonora Duse, naturalmente, Vilma Banky, exactamente Garbo, pero claro, y una foto de Sarah Bernhardt que de chico tenía pegada en un cuaderno…





Julio Sosa. Tiempos viejos.

-Fijate que si me tiro -dijo Oliveira-, voy a caer justo en el Cielo.

Por eso siento que sos mi doppelgänger, porque todo el tiempo estoy yendo y viniendo de tu territorio al mío, si es que llego al mío, y en esos pasajes lastimosos me parece que vos sos mi forma que se queda ahí mirándome con lástima, sos los cinco mil años de hombre amontonados en un metro setenta, mirando a ese payaso que quiere salirse de su casilla. He dicho.


Dizzy Gillespie - Adiós Muchachos.

…en el fondo Traveler era lo que él hubiera debido ser con un poco menos de maldita imaginación, era el hombre del territorio, el incurable error de la especie descaminada, pero cuánta hermosura en el error y en los cinco mil años de territorio falso y precario, cuánta hermosura en esos ojos que se habían llenado de lágrimas…

…diciéndose que al fin y al cabo algún encuentro había, aunque no pudiera durar más que ese instante terriblemente dulce en el que lo mejor sin lugar a dudas hubiera sido inclinarse apenas hacia fuera y dejarse ir, paf se acabó.

lunes, 4 de junio de 2012

Sonidos de Rayuela. Capítulo 127

Erik Satie. Morceaux en forme de poire a 4 mains.

Mutatis mutandi era un poco la mirada de los monstruos cuando alguna que otra vez les ocurría mirarse con una mirada a la vez furtiva y total, secreta y mucho más clara que cuando se miraban largo tiempo, pero no por nada se es un monstruo… A menos que…

domingo, 3 de junio de 2012

Sonidos de Rayuela. Capítulo 138


Kurt Schwitters. Ursonate.

A la Maga y a mí nos ocurre a veces profanar nuestros recuerdos (…). Lo malo es que la Maga no puede seguir mucho rato, en seguida se larga a llorar, esconde la cara contra mí, se acongoja a un punto increíble, hay que preparar té, olvidarse de todo, irse por ahí o hacer el amor, sin tíos ni la madre, hacer el amor, casi siempre eso o dormir, pero casi siempre eso.


viernes, 1 de junio de 2012

Intertextos 1. Orson Welles en La ricotta de Pier Paolo Pasolini

Se acerca el periodista a la silla del Director, que lo recibe displicente, aburrido... hastiado.


- Diga, diga... -abre Orson Welles.


- Me permite realizarle una pequeña entrevista -propone el periodista-.


- Pero no más de cuatro preguntas.


- Oh gracias. La primera pregunta -comienza el entusiasta entrevistador-, qué quiere expresar con su nueva obra.


- Mi íntimo, profundo, arcaico... catolicismo -responde tajante Welles.


- Arcaico... catolicismo -repite mientras apunta, el periodista-. ¿Y qué cosa piensa de la sociedad italiana?


- El pueblo más analfabeto y la burguesía más ignorante de Europa.


- Ah... ¿Y qué piensa de la muerte?


- Como Marxista es algo que no tengo en consideración.


- Cuarta y última pregunta, cuál es su opinión sobre nuestro gran director  Federico Fellini.


- El danza... El danza...


El periodista agradece la entrevista y se aleja. -Eh, yo soy una fuerza del pasado- le espeta Orson Welles desde su silla antes de comenzar a recitar el poema de Pasolini.


La escena de "La Riccota" (mediometraje incluido en RoGoPaG, 1963), de Pier Paolo Pasolini.