miércoles, 2 de mayo de 2012

Sonidos de Rayuela. Capítulo 46

Anibal Troilo. Cotorrita De La Suerte

-Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor -había citado por cuarta vez Traveler, templando la guitarra antes de proferir el tango Cotorrita de la suerte(…) Aparte del canario Cien Pesos no se oía más que la voz de Traveler que llegaba a la parte de la obrerita juguetona y pizpireta/ la que diera a su casita la alegría(…)La cotorrita de la suerte (que augura la vida o la muerte) había sacado entre tanto un papelito rosa: Un novio, larga vida. Lo que no impedía que la voz de Traveler se ahuecara para describir la rápida enfermedad de la heroína, y la tarde en que moría tristemente / preguntando a su mamita: “¿no llegó?”. Trrán.



Astor Piazzolla. Buenos Aires Hora Cero

-Qué sentimiento -dijo la señora de Gutusso-. Hablan mal del tango, pero no me lo va a comparar con los calipsos y otras porquerías que pasan por la radio. Alcánceme los porotos, don Horacio.

Lo que nos mata a vos y a mí es el pudor, che. Nos paseamos desnudos por la casa, con gran escándalo de algunas señoras, pero cuando se trata de hablar... Comprendés, de a ratos se me ocurre que podría decirte... No sé, tal vez en el momento las palabras servirían de algo, nos servirían. Pero como no son las palabras de la vida cotidiana y del mate en el patio, de la charla bien lubricada, uno se echa atrás, precisamente al mejor amigo es al que menos se le pueden decir cosas así. ¿No te ocurre a veces confiarte mucho más de un cualquiera?



Amelita Baitar, Astor Piazzolla. Balada para un loco

Nos conformamos con demasiado poco. Cuando los amigos se entienden bien entre ellos, cuando los amantes se entienden bien entre ellos, cuando las familias se entienden bien entre ellas, entonces nos creemos en armonía. Engaño puro, espejo para alondras.

Buscás eso que llamás la armonía, pero la buscás justo ahí donde acabás de decir que no está, entre los amigos, en la familia, en la ciudad. ¿Por qué la buscás dentro de los cuadros sociales?




Roberto Goyeneche. Malevaje

Traveler preludió Malevaje, se interrumpió. Ya era noche cerrada, y don Crespo encendía la luz del patio para poder leer. - Y bueno -dijo Traveler-, vamos a complacer a la señora, si don Crespo no se opone. Malevaje, tangacho de Juan de Dios Filiberto. Ah, pibe, haceme acordar que te lea la confesión de Ivonne Guitry, es algo grande. Talita andá a buscar la antología de Gardel. Está en la mesita de luz, que es donde debe estar una cosa así.

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