Agrego estas
líneas mientras corrijo las pruebas de galera y escucho los boletines radiales
sobre lo sucedido en los juegos olímpicos. Empiezan a llegar los diarios con
enormes titulares, oigo discursos donde los amos de la tierra se permiten sus lágrimas de cocodrilo más
eficaces al deplorar «la violación de la paz olímpica en estos días en que los pueblos olvidan sus
querellas y sus diferencias».
¿Olvidan? ¿Quién olvida? Una vez más entra en juego el
masaje a escala mundial de los mass
media. No se oye, no se lee más que Munich, Munich. No hay lugar en sus
canales, en sus columnas, en sus
mensajes, para decir, entre tantas otras cosas, Trelew.(...)
Julio Cortázar, Libro de Manuel.
¿Pero a quién le gusta la violencia por sí misma? ¿Le gustaba a Trotski,
le gustaba al Che? Sólo los nazis (que constituyen para mí una especie de
categoría mental fuera de todo periodo histórico y de toda localización
nacional, desde los asirios hasta los ss) hallan en la violencia una especie de
rescate de la debilidad; y si todo esto es primario y elemental, no me lo callo
a esta hora en que France-Inter continúa explicando por boca de embajadores y
ministros que sólo una acción concertada de los estados podrá poner coto al
terrorismo; de una manera mucho más honda y más justa que yo lo dijo en su día
la mujer de Mario Alves de Souza Vieira, torturado a muerte por los gorilas
brasileños, en la carta que Heredia le dio a Susana para el álbum de Manuel, y
ahora que precisamente corrijo esa página me saltan a la cara las palabras que
nadie recordará esta noche en los noticieros de France-Inter: "Es
necesario darse cuenta de que la violencia-hambre, la violencia-miseria, la
violencia-opresión, la violencia-subdesarrollo, la violencia-tortura, conducen
a la violencia-secuestro, a la violencia-terrorismo, a la violencia-guerrilla; y que es muy
importante comprender quién pone en práctica la violencia: si son los que
provocan la miseria o los que luchan contra ella...".
En esta amargura y
esta náusea me alegra haber encontrado esa carta, habérsela dado a Heredia para
que también Manuel pueda leerla algún día. Y también por eso, antes de devolver
las galeras corregidas a Buenos Aires, agregué una postdata a la nota
preliminar donde una sola palabra bastaba para resumir el resto: Trelew.
Julio Cortázar, sobre Trelew y el Libro de Manuel.
Cuarteto Cedrón, sobre el poema "Glorias" de Juan Gelman.
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