Carlos Gardel. Volver.
-Para
hablar tanto de los cafés no valía la pena que cruzaras el charco.
-A
buen entendedor -dijo Oliveira, cortando con muchas precauciones una tira de
chinchulines-. Esto sí que no lo tenés en la Ciudad Luz, che. La de argentinos
que me lo han dicho. Lloran por el bife, y hasta conocí a una señora que se
acordaba con nostalgia del vino criollo. Según ella el vino francés no se
presta para tomarlo con soda.
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