Aníbal.- Un tango era más o menos así:
"Qué fácil es decir: Matála,
qué fácil es decir dejála,
pero es preciso saber", etcétera. bueno, justamente lo que siento.
Isolina.- Un tango no es un ejemplo, bicho.
Aníbal.- Por eso te lo canto, con ejemplo no se prueba nada, o se prueba tanto y tan bien que la cosa se hunde en su propio peso.
Aníbal.- Te canté un tango, que guarda una moral profunda. Es fácil decidir una cosa; hasta es fácil hacerla. Entre lo uno y lo otro se cierne una nada, un polvito de quizá; y a eso le llamo yo la cosa. A eso, Isolina, nada más que a eso.
Dos juegos de palabras. II Tiempo de Barrilete. JULIO CORTÁZAR
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