1.
Kenny Clarke. Wives And Lovers
Vos me podías contar o no de tus amigas, pero
yo tenía que decirte todo. Sabés, es la única manera de hacerlos irse antes de
empezar a querer a otro hombre, la única manera de que pasen al otro lado de la
puerta y nos dejen a los dos solos en la pieza.
2.
Oscar Larroca. Flor de fango.
La Maga revolvía la bombilla.
Había agachado la cabeza y todo el pelo le cayó de golpe sobre la cara,
borrando la expresión que Oliveira había espiado con aire indiferente.
Después fuiste la
amiguita de un viejo
boticario,
y el hijo de un
comisario todo el vento te sacó...
Oliveira canturreaba el tango.
3.
Johnny Hodges, Duke Ellington. Passion Flower.
…y otra vez se retorcieron hasta
que Oliveira se dobló en dos apretándose la barriga, y la Maga vio su cara
contra la suya, los ojos que la miraban brillando entre lágrimas. Se besaron al
revés, ella hacia arriba y él con el pelo colgando como un fleco, se besaron
mordiéndose un poco porque sus bocas no se reconocían, estaban besando bocas
diferentes…
4. Robert Schumann. 'Carnaval', Op. 9. El Arlequin.
-Decime cómo hace el amor Ossip
-murmuró Oliveira, apretando los labios contra los de la
Maga-.
-Lo hace muy bien -dijo la Maga
mordiéndose el labio-. Muchísimo mejor que vos y más
seguido.
-¿Pero te retila la murta? No me
vayas a mentir. ¿Te la retila de veras?
-Muchísimo. Por todas partes, a
veces demasiado. Es una sensación maravillosa.
-¿Y te hace poner con los plíneos
entre las argustas?
-Sí, y después nos entreturnamos
los porcios hasta que él dice basta basta, y yo tampoco puedo más, hay que
apurarse comprendés. Pero eso vos no lo podés comprender, siempre te quedás en
la gunfia más chica.
-Hacíamos el amor como dos
músicos que se juntan para tocar sonatas.
-Precioso, lo que
decís
-Era así, el piano iba por su
lado y el violín por el suyo y de eso salía la sonata, pero ya ves, en el fondo
no nos encontrábamos. Me di cuenta en seguida, Horacio, pero las sonatas eran
tan hermosas.
5.
Thelonius Monk. Round Midnight.
-Por suerte Rocamadour no se
acordará nunca de vos, todavía no tiene nada detrás de los ojos. Como los
pájaros que comen las migas que uno les tira. Te miran, las comen, se vuelan...
No queda nada.
Pero Oliveira quería salir solo.
Empezó a librar poco a poco las piernas del abrazo de la Maga. Le acariciaba el
pelo, le pasó los dedos por el collar, la besó en la nuca, detrás de la oreja,
oyéndola llorar con todo el pelo colgándole en la cara. “Chantajes no”,
pensaba. “Lloremos cara a cara, pero no ese hipo barato que se aprende en el
cine”. Le levantó la cara, la obligó a mirarlo.
-El canalla soy yo -dijo
Oliveira-.
No se puede ver el último (Thelonious Monk - Round Midnight). Acá hay uno nuevo http://www.youtube.com/watch?v=HZskBDZ40os
ResponderEliminarMuchas gracias, Marcela. Ya está sustituido.
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