lunes, 29 de noviembre de 2010

Monográfico Daguerrotipo 1. La deriva Cahierista a propósito de Apichatpong y su "Tío Boonmee"

Alimentemos el debate. 


La crítica Cahierista nunca fue tan feliz como aquel día de mayo pasado en el que el Jurado del Festival de Cannes concedió la Palma de Oro a la mejor película a “Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas”. 




La apuesta de la inteligentzia afrancesada venía de lejos, tímidamente desde que en 2002 el director tailandés (7º mejor director del Siglo XXI según la Cahiers du Cinema) presentara en Cannes “Blissfoully Yours” y ya con abnegación desde que en 2004 consiguiera el premio de la crítica por su misteriosa, sensible y algo plúmbea “Tropical malady” (mejor película para la revista francesa en 2004 y 13º mejor film de la década). 






Años proclamando su maestría, su visión revolucionaria del cine, su sentido estético y su trangresión narrativa. Años reivindicando que sus películas no llegaban a las salas comerciales. Años apropiándose de su nombre como si de una marca de prestigio para sibaritas se tratara. Años...


La maniobra de respaldo cahierista no sólo se ha centrado en la defensa a ultranza de sus films como obras artísticas incomprendidas, sino también, y con justicia, en otra defensa mucho más necesaria, la de su libertad como autor, la autonomía de su discurso y la integridad de su obra; como en el año 2007 cuando la revista comandó una campaña internacional contra la censura del gobierno tailandés que impidió la exhibición de su film “Syndromes and a century”, por considerar que la obra "no contaba con méritos artísticos y ofrecía un enfoque pésimo de la sociedad tailandesa". Curiosamente la siguiente instantánea fue tomada por el propio Apichatpong con su teléfono móvil mientras un funcionario de la "Organización tailandesa del consumidor" cercenaba su obra.




Que Weerasethakul es un director cahierista es evidente; pero lo interesante sería preguntarnos si por el contrario es La cahiers una revista Weerasethkuliana, es decir, si el pobre Apichatpong se cree en verdad todo lo que se escribe sobre su figura en la revista francesa o si sin embargo lo único que le da por hacer, ajeno a mitificaciones y encumbramientos, es realizar el cine que le gusta, un cine extraño, lleno de espiritualidad y misterio, de transformaciones y sensualidad, de imágenes influidas por los cómics de infancia y la serie B tailandesa sobre monstruos y fantasmas, de una intuición muy lejana a la idea que tenemos en occidente sobre la realidad y lo místico; en definitiva, un cine exótico y distinto, sí, pero menor; se mire por donde se mire, como lo es el de muchos otros directores encumbrados por la revista francesa, llámense Lisandro Alonso o Pedro Costa.




Y no por ello, por menor, “Tío Boonmee…” no deja de tener aciertos, centrados en su mayoría en su lenguaje y en el trasfondo textual (duplicaciones, vidas paralelas, transito hacia la muerte…) así como en la búsqueda de, tal y como se denominaría en poesía, la imagen por la imagen: la búsqueda refinada y continua de cúlmenes estéticos; lo que le permite alcanzar momentos de sugerente belleza plástica pero al mismo tiempo le obliga a intercalarlos mediante transiciones vacías, superfluas y gratuitas cuya única causa de realización deriva de la necesidad de no atosigar al espectador y preparlo para otra escena de explosión estética. Es decir, como si cada una de las partes, seis, de la que consta la película –excelentemente delimitadas por su diferente fotografía y concepto narrativo-, fueran simples ejercicios de respiración para alcanzar el “oh” final. Que si unos monos fantasma (sic), que si un fantasma se sienta a cenar, que si se come la miel directamente del panal, que si copulan una princesa y un pez, que si Boonmee se deja morir retirándose la sonda de su riñón en su cueva mística, que si los personajes se desdoblan de sí mismos...




Ya que de ahí se derivan los dos grandes problemas de “Tío Boonmee…”, su estilo fragmentario y errático entre episodios y su vacuidad, por encima de discursos sobre la espiritualidad, reencarnación, realidades múltiples, fusión con la naturaleza, budismo, taoísmo, sintoísmo, misticismo, misterio… Su vacuidad. “Tío Boonmee…” es una película sobre la transición a la muerte de un anciano enfermo, una película fantástica y amable, de fantasmas, hombres lobos, transmutaciones y leyendas folclóricas; como decenas, incluso diría que con menos profundidad mitológica, de las que se realizan en Japón o Corea cada año, comenzando por cualquiera de las de Miyazaki.


¿Por qué, me pregunto, cuando un zorro mira a cámara, argumentalmente, y proclama que el caos reina, le resulta ridículo a esos mismos críticos que consideran sublime que un sirulo suelte un speech de medio minuto antes de follarse a una princesa? Quizás porque estos críticos desconocen el tratamiento de la obra del propio director, que a colación de la cena en la que aparecen el fantasma de la mujer fallecida de Bonnmee y su hijo convertido en mono-fantasma recalca que “busqué una interpretación de los actores deficiente, en la línea de los viejos dramas de la televisión tailandesa de los años 70, rodados en estudio y con mucha iluminación y malos y sobreactuados actores”.





¿No será que Apichatpong nunca creyó hacer lo que dicen que ha hecho? 


Pero la Cahiers todo lo que hace el tailandés lo trasciende a obra maestra. “Las pasadas navidades vi la mejor película en años, “Primitive” de Weerasethakul”, asegura Gonzalo de Lucas en la de edición de febrero de 2010 de la revista. Pero, ¿qué es “Primitive”?, se pregunta uno. Pues resulta que una vídeo-instalación para museos de media hora de duración proyectada en dos pantallas simultáneas y en loop en la que una voz en off cuenta como desde la infancia ha perseguido haces de luz en la selva. Una obra únicamente presentada hasta ahora en Munich y París a principios del 2010. En fin…




Porque quien lee las reseñas y reportajes sobre el autor tailandés puede llegar a creer que se encuentra ante el mayor cineasta de todos los tiempos. Que si el cine del tailandés recuerda a aquellas primeras películas primitivas de los Lumiere por su renovación del lenguaje o que si en él se sustenta la esperanza en el devenir del cine… Parecen palabras mayores éstas, un tanto arriesgadas; y más si consideramos que su “Tío Boonme…”, por ejemplo, nada consigue mejorar en su concepción fílmica en relación al tratamiento del misterio o la revisión de las viejas leyendas clásicas respecto al cine de Kurosawa, ni nada aporta en su lirismo respecto al de las películas de Erice -con quien tanto se le compara-, ni en su búsqueda de imágenes nuevas y vírgenes respecto a Herzog, ni en su simbolismo comparándolo con el cine de Kim Ki- Duk, ni en su intensidad y misterio si lo enfrentamos con Tourneur, ni en su renovación del lenguaje con respecto al cine de Von Trier, ni en la creatividad e imaginación respecto a Miyazaki, ni en su transfondo sensorial y onírico comparado con Lynch, ni en su narratividad si lo enfrentamos a la mayoría de directores; ni siquiera en su capacidad para resultar aburrido Weerasethakul consigue destacar por encima de nadie, ya que hasta en esto parecen mucho más fieles y coherentes a sus visiones contemplativas directores como Lisandro Alonso o Jia-Zhang-Ke.




La deriva Cahierista es fascinante dada su desconcertante falta de criterio homogenizador. Leer la edición española de la revista se parece cada vez más a subirse a una montaña rusa; lo mismo un mes les da por encumbrar inesperadamente a directores americanos del peor y más estándar establishment como Shyamalan, James Grey o David Fincher (¿Pero por qué éstos en concreto, yo me pregunto, si su cine es exactamente igual, normalizado, estandarizado, a cualquier otro director del hollywood más comercial?), que al siguiente les da por apadrinar a Isaki Lacuesta o Albert Serra, y dos números más tarde consideran la mejor película de los últimos años una instalación en un museo francés de casi imposible acceso mientras que la mejor película del mes es "Toy Story 3".


Sólo hay que mirar el cuadro crítico (clasificación mensual de las mejores películas) que publica la Cahiers cada mes en su última página para echarse las manos a la cabeza por tal disparate a ritmo de ni ton ni son:
Mes de junio: 1º. “Ne change rien” de Pedro Costa. 2º “Two lovers” de James Grey. 3º. “Fantastico Sr. Fox” de Wes Anderson. 4º. “En tierra hostil” de Bilgelow.
Mes de octubre: 1º. “Copia certificada” de Abbas Kiarostami. 2º. “La red social”, de David fincher. 3º. “Toy Story 3” de Lee Unkrich…


Será posible...

24 comentarios:

  1. Como siempre, enorme en sus observaciones, enorme

    ResponderEliminar
  2. Pero si al final no te queda más remedio que ir a verla (la última de Aptchatpong), saca entradas para la sesión de 16h. Que descanses.

    ResponderEliminar
  3. En mi opinión, si Primitive -aunque no la he visto- es una película de sólo media hora y en dos pantallas, y exhibida, por este motivo, en museos, no puede ser buena.

    ResponderEliminar
  4. Apichaaaaaaaaapooooooooongggggg

    ResponderEliminar
  5. Necesario bofetón a la pendanteria francesa, que amenaza con convertir todo lo que toca en esnobismo sin vida ninguna. ¿Para cuándo una revista de cine donde se hable de verdad de cine, por amor sólo, por puro amor...?

    ResponderEliminar
  6. Sobre el debate de Cahiers España...

    http://www.cineario.com/blog/utopias_y_contradicciones_de_cahiers_du_cinema_espana

    ResponderEliminar
  7. Shyamalan, James Gray o David Fincher (¿Pero por qué éstos en concreto, yo me pregunto, si su cine es exactamente igual, normalizado, estandarizado, a cualquier otro director del hollywood más comercial?)

    Eso es mentira. ¿¿Cómo qué otros directores del Hollywood más comercial?? Cítalos.

    ResponderEliminar
  8. La mayoría de los argumentos utilizados no pasan del típico tono afectado y llorica de quien no coincide con la opinión de la revista. Siempre podreis escudarnos en el "que snobs y pedantes son".

    Y coincido con el último comentario lo de Gray, Shyamalan y Fincher, es mentira.

    P.D: No es Bilgelow, es Bigelow. Ni Grey, sino Gray.

    ResponderEliminar
  9. Cahieristas del mundo uníos...

    No es "qué", es "que". No es "escudarnos", es "escudaros". No es "podreis" es "podréis", y falta una coma entre "comentario" y lo (qué demagógico, verdad, argumentar en función de las erratas)...

    ResponderEliminar
  10. No es demagógico. Demagógico sería sí cuestionase sus argumentaciones en base a esos errores. Si quieres soy tocapelotas, pero no demagogo.
    Y sácame las faltas que quieras, pero yo no publico un blog por internet y no me molesto en leer los nombres de los directores a los que voy a nombrar.
    Yo critico la falta de argumentos por parte de quien ha redactado el texto. Porque no se puede decir lo de Gray o Shyamalan y no argumentar; o ¿que es esa tontería de "cine menor"?; ¿por que lo de "transiciones vacías, superfluas y gratuitas"?; o ese parrafo de las comparaciones con Lynch, Tourneur, Herzog, Von Trier (¿Von Trier? En fin...), que me parece la forma más facilona de criticar a un autor.
    Cada cual opina lo que quiere, pero el tono del texto es lo que no me gusta, ni por lo que dice ni por como se expresa.

    Dicho esto, a mí Boonmee me ha gustado, aunque no comparto la euforia cahierista, y ni siquiera me parece la mejor peli de Weerasethakul.

    ResponderEliminar
  11. Madre mía la que se ha liado con la Cahiers...

    ResponderEliminar
  12. Considero que "El incidente" o "La joven del agua" no se diferencian en demasiado de "Armagedón" o "El Grinch"; que "Zodiac" merece la misma consideración que "Saw" y que "K-19" es poco más que "Amanecer rojo"; por ejemplo.

    La escena de "Tío Boonnme..." en la que acude a la cueva a morir es desde mi punto de vista estilística y estéticamente similar a las transiciones por el bosque de "Anticristo".

    No se critica a Apichatpong sino el ensalzamiento gratuito realizado por la Cahiers, de ahí la comparativa, como argumento de que apenas nada "originalísimo", como subraya la revista, se encuentra en sus películas.

    "Tontería", "tonto", "llorica", que está escrito Gray mal; y sin embargo: "no me gusta el tono del texto"... Hombre...

    ResponderEliminar
  13. Hombre, es que si tú ves similitudes reales (aunque en realidad no hablabas de similitud, sino de que son "exactamente igual") entre en discurso de Zodiac y el de Saw, pues no hay nada que discutir. O entre El incidente y Armagedón. Pero vamos, que argumentos aportas cero.
    Te preguntaría por la comparación de cine de Gray, que también citabas. Pero, viendo que para ti Shyamalan es lo mismo que Bay, miedo me da.

    Entre el cine de Apichatpong y el de Von Trier no veo ni una similitud, más allá de lo que puede representar el bosque, ni estética ni conceptualmente.

    ¿Y no te parece original el cine de Apichatpong? ¿cuantas películas has visto con una estructura narrativa como Tropical Malady? ¿o como Mysterious Object at Noon?
    Las comparaciones que haces, para restarle valor, son tan superficiales que se pueden extrapolar a cualquier película.

    Dices que se critica el ensalzamiento gratuito, pero no argumentas en ningún momento por que es gratuito.

    He dicho que lo de cine menor es una tonteria. Y lo siento si te molesta, pero es que una afirmación como esta: "en definitiva, un cine exótico y distinto, sí, pero menor; se mire por donde se mire", en la que rebajas no solo el cine de Apichatpong, sino el de otros directores sin aportar ni un motivo de por qué ese cine es menor, me parece incomprensible.

    Lo de tonto no lo he escrito yo.

    Y sí, el tono me parece llorica. Alomejor no es la palabra más acertada y podía habermela ahorrado, pero el tono general me parece el de una rabieta. Porque desacreditas a una revista por no coincidir con su opinión, y la atacas desde una perspectiva en la que parece que intentas sentar cátedra en cada afirmación, sin aportar ningun argumento más allá de tu gusto personal.

    ResponderEliminar
  14. Me parece muy buena esta entrada sobre el Cahiers. Realmente el autor es honesto y queda retratado en su crítica, resultando en una de las mayores alabanzas a la revista que yo haya podido leer.

    Además, por si quedaba alguna duda (casi imposible), ya se ocupa en los comentarios de despejarla. De hecho, si algo tengo que criticar, es que resulte excesivamente evidente.

    Y como pasa con tantos aficionados al cine, resulta enternecedor comprobar cómo se consideran poseedores del criterio universal para disfrutar películas. El resto del universo es snob o imbécil.

    ResponderEliminar
  15. Es posible que no aportemos argumentos, pero creo que tú tampoco lo haces, o acaso los mismos, igual de inválidos o de válidos, y sin embargo todas tus frases acaban con el juego de "no hay argumentos"; es como criticar lo que a la vez se está utilizando como arma para criticar.

    Sí, "El incidente" me parece una película muy similar en su concepción, su discurso, su efectismo, su trama y sus diálogos que la mayoría de pelis actuales "catastrofistas" y apocalípticas; y lo de "Two lovers" ya ni lo entiendo de tan lastrada que está por su conservadurismo atávico -como "La noche es nuestra"-, y de tan mil veces, sobre todo en Europa, contada mejor; la escena final de la playa y el anillo me parece un recurso casi insultante con el público, como si tuviera que masticarle y remasticarle la trama sin dejar nada a la construcción por parte del espectador.

    Por supuesto que es original el cine de AW, como que es Tailandés, sintoísta y/o budista, homosexual, arquitecto... pero por exótico. Sobre la estructura no sé si te refieres a introducir los créditos a mitad de peli o en partirla para contar dos historias diferenciadas pero misteriosamente vinculadas. No sé, sin pensar demasiado Lynch ha utilizado recursos muy similares en sus dos últimas pelis (a quien también encuentro en "Syndromes and a Century").

    Y lo de criticar a la Cahiers me parece de los ejercicios más sanos que alguien que le guste el cine puede realizar, porque algo que durante 40 años se ha considerado (y seguramente lo ha sido) élite y referente intelectual, que utiliza un lenguaje más propio de filosofía y la estética, que aboga continuamente por la renovación de los lenguajes fílmicos y la reinvención de las imágenes reivindicando a su vez el cine clásico como base narrativa para ser deconstruida, que se interesa por los procesos de construcción y las problemáticas de producción, que siempre se ha presentado como adalid del cine comprometido, experimental, arriesgado... no puede considerar, desde mi punto de vista y de ahí la "sana" crítica, que las mejores películas del mes sean la última de Godard y Toy Story 3; o una cosa o la otra... O ninguna de las dos.

    Daguerrotipos

    ResponderEliminar
  16. Puede que no haya aportado argumentos cinematográficos, pero yo no escribo un blog. Yo he criticado una actitud, y he argumentado porque critico esa actitud.
    Sobre Shyamalan, a mi no se me acurre algo más opuesto al cine comercial que su manera de construir las secuencias con los mínimos elementos. La escena de la gente corriendo del viento es la antítesis del cine de catástrofes comercial, creo yo. Y eso sin hablar de El protegido, el bosque o la joven del agua, que podrán gustar más o menos, pero no tiene nada que ver con el grueso del mainstream hollywoodiense.
    A mí Two Lovers me mola, ni me parece redundante su final, ni me parece conservadora en un sentido negativo, cuestión de gustos. Pero lo que apuntabas en el texto era a que es un cine exactamente igual al de cualquier otro director de Hollywood. Lo que yo preguntaba es a quién te referías.
    No creo que tengan muchas similitudes la estructura de Tropical Malady con la de Mulholland Drive, más alla de la fractura a mitad de la película. No me parece que las intenciones de Apichatpong vayan por los mismos derroteros que Lynch. Ni que su significado en el devenir del relato sea el mismo. En Lynch es un mismo relato que se manifiesta en dos dimensiones, lo de Weerasethakul no.
    Y me parece genial que critiques Cahiers, pero no entiendo que la critiques por no mantener un criterio homogeneizado. Y más teniendo en cuenta que no es exclusivo de la edición española lo de la inclusión de cine comercial. Creo que Atrapado por su pasado fue considerada mejor película de los 90, y no me parece precisamente el paradigma del cine experimental. Y eso es así desde siempre, porque tanto han alabado el cine de Garrel, como a Ford.
    Es innegable que la revista siempre ha apostado por un cine radical y minoritario, pero no veo por qué eso tiene que conllevar la exclusión de todo lo que huela a Hollywood. Vamos, que Toy Story 3 no la he visto, pero no veo por qué no va a poder encabezar una lista de Cahiers junto a Godard.

    ResponderEliminar
  17. Pocas veces he leído un argumento más ridículo que el hecho de no poder disfrutar y valorar el cine de Godard y de Pixar al mismo tiempo. Como si el cine fuera algo monolítico. Como si no hubiera múltiples maneras de generar emoción y suscitar estímulos en el espectador. Ya hay que ser reduccionista y maniqueo.

    Por cierto, "El incidente" es, salvando las distancias, un "Los pájaros" de nuestros días (ésta también es como "Armaggedon", ¿verdad?). En el fondo, sucede que no se ve más allá del subgénero, se obvia la puesta en escena, y se llega a la aberración de pensar que un esquema argumental determinado tenga que necesariamente derivar en una mala película.

    Da pena.

    ResponderEliminar
  18. El cine de Godard es infumable a día de hoy, anacronico.

    ResponderEliminar
  19. La fumabilidad del cine de Godard supongo que será una cuestión opinable, ¿no?. Es que ya negamos el derecho a la opinión. Como a mí me parece infumable, tiene que parecérselo al resto del mundo. Y los que dicen disfrutar de su cine, es que se dedican a la impostura y al snobismo.

    Fascionante.

    ResponderEliminar
  20. Veo un poco encendido de más el debate y un tanto inútil, sobre todo por el cariz de los tres últimos comentarios.

    Si a uno "el incidente" le parece el nuevo "Los pájaros" y a mí no, si a uno le gusta Toy Story 3 y el cine de Godard y a otro no, pues cuestión de gustos, nadie entra en éstos; tan doctrinario y snob o tan poco doctrinario y snob es una cosa como la otra, seguramente reivindicar Toy Story 3 sea más radical que hacerlo con Godard, ya que se menta a ambos.

    Lo más curioso de todo son los comentarios de "doctrinario", "monopolio del derecho de opinión", "argumento ridículo", "da pena", "reduccionista y maniqueo", que se sueltan dentro de peroratas encendidas con argumentos que tanto menos pecan de lo mismo; tanto menos.

    Para entrar en ejercicios de pura demagogia y decir que no sé quién es infumable, que un argumento da pena o es ridículo sin justificación pues nos vamos a un bar con una caña. Yo si leo que "El incidente" es un "Los pájaros" actualizado, pues te digo que no y justifico porque no, pero no lo ridiculizo "gratuitamente" (y aquí no creo que esté mal utilizada) y trato de desacreditarte a nivel personal suponiendo lo que tú has pensado en función de un tópico y sin dar ni un sólo argumento; ¿y tú que sabes si me quedo en el subgénero o si obvio la puesta en escena? Por qué das por hecho que lo hago.

    ResponderEliminar
  21. Pero es que no te das cuenta que a tí por lo que se te critica no es por tú opinión, se te critica por cuestionar las opiniones ajenas sin ninguna base. Se te critica por decir que no se puede disfrutar a la vez de Godard y Pixar. Y eso es algo ridículo (sí, ridículo, puedes hacerte el ofendido si te apetece).

    ResponderEliminar
  22. Que sí, que Godard es infumable!!!

    ResponderEliminar
  23. Tienes razón, por mi parte me voy a sumar al tono cómico, tergiversado y facilón.

    ResponderEliminar