Fui al cine. Vi Thérèse Desqueyraux. Lo que fascina- por lo menos a mí- en los personajes de ficción, es su continuidad objetiva. No perder de vista un solo instante lo trágico de su condición. Por eso la obra dramática esta hecha de recortes trágicos y saltan o excluyen los momentos de variación. Esos silencios permiten imaginar que aun lo que no vemos y lo que no se nos dice pertenece a la misma sustancia fuerte y terrible.
Lo que me molesta es mi excesiva participación: me agito impaciente como si quisiera avisarle al personaje que lo malo está por sobrevenirle. Es verdad la vida que me gustaría vivir es así: instantes en donde se acumula todo lo fuerte y dramático de que soy capaz. El resto, un letargo; dormir, auque sea anestesiada. No es la vida lo que me molesta; son los detalles. Cinco o seis escenas grandiosas y luego morir.
Indudablemente creo en el cine. El cine no es una distracción para mí. Es un encuentro, a veces atroz, con mis deseos más profundos.
DIARIOS. Alejandra Pizarnik.
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