sábado, 19 de marzo de 2011

Shine, SCOTT HICKS. Australia, 1996.

Muchas son las películas que existen sobre padres demasiado exigentes para con sus hijos, causándoles un trauma que les acompañará durante toda la vida, aunque luego llegen a triunfar en otros aspectos de la vida. Entonces... ¿qué hace diferente a ésta?




Tal vez lo que hace especial a Shine sea esa humanidad y sencillez con la que nos transmite la historia de un buen hombre que en su locura, lo único que busca es ser feliz; con las cosas que le gustan, simplemente porque pueden hacerle feliz: amigos que le aprecien, una familia, su padre, pero por encima de todo su música...

De hecho me atrevería a decir sin ningún miedo, que la música es para David, esa fuente externa que todos tenemos y que nos proporciona la energía necesaria para vivir nuestro día a día y nos proporciona el deseo de continuar...




Eso es lo que hace de Shine algo tan especial...
Amich




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